Una historia social se desarrolla en primera o segunda persona, dándosela a leer al niño, adolescente o adulto con TEA si tiene la capacidad de hacerlo, o de lo contrario leyéndosela nosotros las veces que consideremos necesarias. El momento de la lectura, dependerá del tema que trate, siendo su lectura en los problemas más agudos, unos momentos antes del posible conflicto, Por ejemplo, antes de ir al dentista, a la peluquería etc. si estas situaciones le producen pavor. También las podemos utilizar a modo de pequeñas lecciones que los niños pueden revisar de vez en cuando.

Hemos realizado un lenguaje o instrucción visual que nuestro hijo o alumno puede necesitar en cualquier momento y por tanto lo mejor es dejárselas bien organizadas, en un lugar que ellos conozcan y al que puedan acceder siempre que quieran.  

Lo más importante en las historias sociales, es encontrar el verdadero motivo que genera la conducta disruptiva, ya que de lo contrario la historia social puede ser un trabajo perfecto que no produzca ningún efecto en los chicos o chicas con TEA. Para tratar de averiguar qué está provocando una actitud inadecuada en los niños, nos podemos valer de las "Historias sociales activas" (HSA).

Pero las historias sociales no son únicamente una herramienta de corrección de conducta, es el lenguaje visual de nuestros chicos y como tal hemos de entenderlo, por tanto, por medio y a través de ellas, podemos enseñarles muchas cosas a las personas con TEA.

Pero no debemos olvidar que cualquier tipo de expresión o explicación, ya sea verbal en las personas neurotípicas o visual en el caso de las personas con TEA, no siempre logrará el efecto que esperamos los adultos encargados de su educación y en esto influyen varios factores tales como: los emocionales, las obsesiones, rigideces mentales o gustos personales, donde puede que un historia social no sea suficiente para sacar a nuestros chicos del atolladero, requiriendo, a su vez, otras técnicas educativas como:

•  Extinción

•  Aprendizaje vicario

•  Moldeamiento

• Encadenamiento

• Economía de fichas

• Coste de respuestas

• Sobrecorrección

•  Saciacón                             

• Tiempo fuera 

•  Contrato de conducta 

  
  

  Explicación de estas técnicas 

  
  

Cuando la conducta inadecuada de una persona con TEA está basada en un problema de incomprensión hacia algo en concreto, por ejemplo, no se le ha explicado que el cubo de la basura ha de estar bien cerrado para que el perro de la casa no meta el hocico en él. La explicación de esto por medio de una historia social acompañada de pictogramas, puede hacer un efecto positivo en el niño de inmediato, con tan solo una lectura. Sin embargo, cuando hay de por medio emociones fuertes que atender, gustos personales, obsesiones o manías, por parte de los chicos o chicas con TEA,  ¡¡e incluso por nuestra parte!! llegar a ellos se complica bastante más que en los niños neurotípicos, especialmente por esa rigidez mental que les caracteriza, los problemas de comunicación que existen entre nosotros y nuestra dificultad para comprender su diferente forma de expresar las emociones; por lo que aprender estas otras ténicas educativas nos ayudará mucho a solventar infinidad de situaciones. Sin embargo, nada de todo esto funcionará si olvidamos lo más importante y esencial que es mostrarles nuestro amor o cariño en cualquier enseñanza, paciencia y recordar siempre que sus conductas no existen para amargarnos la existencia, tienen verdaderas dificultades en las que tenemos que ayudarles.