Comenzaremos con el reconocimiento de las partes de nuestro cuerpo que pueden hacer ruido para crear acompañamiento rítmico y musical. Destacaremos la voz como el instrumento musical más importante, pudiendo hacer escalas de sonidos vocales en orden ascendente y descendente. Después diferenciaremos entre sonido y silencio. Seguidamente, iremos trabajando a modo de imitación distintos patrones rítmicos de percusión corporal comenzando con palmas, rodillas y pies. Finalmente, iremos practicando distintos tipos de musicogramas apropiados para la edad y que sean de interés para el alumnado, pudiendo crear nuestro propio musicograma en el aula a partir de pictogramas de Arasaac. Con este recurso pretendemos trabajar la atención y concentración, memoria auditiva, seguimiento visual, ritmo, expresión corporal y musical, entre otros.
dedo
boca
igual
silencio
manos
rodillas
pies
igual
sonido