INTRODUCCIÓN
Como en los demás mamíferos, en la especie humana la reproducción es de tipo sexual: hay dos sexos, mujeres y hombres, con diferencias morfológicas, anatómicas y fisiológicas en el aparato reproductor, lo que se denomina dimorfismo sexual y que conduce a la aparición de la sexualidad. Desde el punto de vista biológico, la sexualidad produce una atracción de los dos sexos que posibilita la reproducción.
La reproducción es una de las funciones vitales de todos los seres vivos, junto con la nutrición y la relación, pero mientras que éstas aseguran la supervivencia del individuo, la reproducción asegura el mantenimiento de la especie.
La reproducción es el mecanismo biológico por el cual se perpetúa la especie humana. A través de este proceso se transmiten los caracteres de la especie de generación en generación. Mediante la reproducción los seres vivos obtienen descendientes iguales o similares a los progenitores.
Los humanos sentimos afecto, es decir, queremos a otras personas, independientemente del sexo. Manifestamos nuestra sexualidad de formas muy diversas, y no siempre buscando la reproducción. Este componente de la sexualidad nos hace distintos a los animales, y enriquece nuestra personalidad. En la sexualidad humana el cariño y la ternura permiten disfrutar de la relación sexual de una forma más completa, no limitándose ésta únicamente al coito. La forma de vivir y sentir la sexualidad está muy influenciada por la cultura y la educación de las personas.
El desarrollo del nuevo individuo es de tipo vivíparo, lo que quiere decir que las primeras fases del desarrollo se realizan en el interior de órganos especializados de la madre.
El proceso de desarrollo de una nueva vida comienza cuando se unen dos células sexuales, la masculina y la femenina, denominadas genéricamente gametos, y al proceso de unión se le denomina fecundación.
La reproducción se realiza en órganos especializados que constituyen el denominado aparato reproductor y que es diferente en ambos sexos. El desarrollo completo del aparato reproductor y la aparición de los caracteres sexuales secundarios se alcanza en la pubertad. A partir de ese momento podemos considerarnos sexualmente activos y con capacidad para procrear.
La
reproducción
es
una
de
las
funciones
vitales
de
todos
los
seres-vivos
,
junto
con
la
nutrición
y
la
relación
,
pero
mientras
que
éstas
aseguran
la
supervivencia
del
individuo
,
la
reproducción
asegura
el
mantenimiento
de
la
especie
.
La
reproducción
es
el
mecanismo
biológico
por
el
cual
se
perpetúa
la
especie
humana
.
El
desarrollo
del
nuevo
individuo
es
de
tipo
vivíparo,
lo
que
quiere
decir
que
las
primeras
fases
del
desarrollo
se
realizan
en
el
interior
de
órganos
especializados
de
la
madre
.
El
proceso
de
desarrollo
de
una
nueva
vida
comienza
cuando
se
unen
dos
células
sexuales
,
la
masculina
y
la
femenina
y
al
proceso
de
unión
se
le
denomina
fecundación
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