En el siglo XX, las nuevas tecnologías se aplican a la música y aparecen toda una serie de instrumentos, desde principios de siglo, cuya característica común es la electrónica y la emisión de sonidos completamente nuevos, pudiéndose decir, con ciertas garantías, que "el único límite a las posibilidades de timbre es la imaginación del artista".
Cualquier sonido que se nos pase por la mente, puede ser realizado y tratado musicalmente.
Este planteamiento instrumental nuevo ha creado toda una estética musical que permite hablar de la "música del siglo XX".